En este país en el que vivimos hay dos veces al año que tomamos decisiones vitales, las más “épicas” en Año Nuevo y otras muchas tras las vacaciones de verano.
Así que ahora que estamos en septiembre, me gustaría hablaros de la PROMOCIÓN DE LA SALUD.
Vamos despacio.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la promoción de la salud se define como “el proceso que permite a las personas incrementar el control sobre su salud”.
O sea, fomentar cambios en nuestro entorno que ayuden a promover y proteger nuestra salud.
O sea, que los organismos gubernamentales, los profesionales sanitarios, y nosotros tenemos que realizar cambios en nuestro alrededor y en nosotros mismos para tener la mejor salud posible. Para evitar ponernos enfermos. Y si al final, nos ponemos enfermos, tener las herramientas adecuadas para recuperarnos lo mejor y lo más rápido posible (aunque esto sería consecuencia de lo anterior).
Os preguntaréis a donde quiero llegar.
Voy al tema.
Hay dos preguntas que me hacen mucho los pacientes:
- Entonces… ¿Cuándo tengo que volver?
- Entonces… ¿Cada cuanto es bueno que yo venga a tratamiento?
Os diré que los fisioterapeutas ni somos magos ni tenemos una bola de cristal. Hay lesiones y patologías que marcan “tiempos de tratamiento” más o menos claros, aunque luego cada paciente es un mundo. Pero la realidad es que para procesos más a largo plazo cada uno tenemos que ser responsables de nuestra salud.
Que en el día a día tenemos que:
- Beber agua
- Descansar de forma adecuada
- Hacer actividad física
- Alimentarnos correctamente
- Realizar cambios de posición
- Adoptar buenas posturas
- No levantar pesos excesivos
- Caminar
- Usar las escaleras
- Darnos tiempo
- Conocernos

Controlar nuestra salud. Hacernos cargo de que la salud es lo más importante que tenemos y que somos los primeros encargados de cuidarla y protegerla. ¡Los primeros!
Así que en vez de preguntarme ¿Cuándo tengo que volver? Os tenéis que plantear ¿Cuánto voy a cuidar de mi salud? Según cuánto cuidéis vuestra espalda, vuestras rodillas, vuestros codos, las sesiones serán en un momento u otro.
Yo casi siempre os digo que según os vayáis encontrando, confiando en vuestra colaboración para cuidar de vuestra salud y seguir los consejos que os damos, pero claro, lo que no puede ser es esa “manía” que tenemos de esperar a no poder más para pedir cita en el fisioterapeuta. Tenemos que ser responsables, conocernos, y pedir ayuda en cuanto sintamos que la estamos necesitando.
Como os decía, proteger nuestra salud por encima de todo.
La segunda pregunta por tanto se responde sola. No tenemos una varita mágica ni hay estudios científicos que nos digan cada cuánto es recomendable visitar al fisioterapeuta. Según cuanto os cuidéis, las sesiones serán en un momento u otro.
También en la vida hay situaciones que se salen de nuestro control, como accidentes, épocas de ansiedad o tensión, de más carga laboral o vital, que debemos asimismo saber identificar y pedir ayuda a tiempo.
Así que ahora que llega septiembre, comienzo de curso, vuelta de vacaciones, de volver a adaptarnos a la rutina, a los madrugones, de hacernos nuevas proposiciones, os animo a que también penséis en estrategias para cuidar vuestra salud, y desde luego una de ellas es la visita al fisioterapeuta cuando sea necesario.
Y si es preciso consultadnos las dudas que tengáis. Estaremos encantadas de atenderos.
Mª Pilar Cuartero Usán